Extracto de la Teoría:
1) Pequeñas causas producen pequeños efectos, y
grandes causas grandes efectos (como cuando decimos que, dentro de cierto
espectro de variabilidad, cuanto mayor es la frustración mayor será la
respuesta agresiva, siendo ambas variaciones razonablemente proporcionales);
2) Una causa pequeña produce un gran efecto (como
cuando un comentario intrascendente desata una crisis psicótica);
3) Una causa grande produce un pequeño efecto
(como cuando una interpretación nuclear que apunte directamente al conflicto
patógeno infantil, genera una respuesta indiferente en el paciente).
Ahora bien...
Cuando ando por la calle, de paseo o por
negocios, me encuentro con “pequeños y grandes detalles” que modifican el
comportamiento de las personas. Hoy estaba tomando el colectivo en calle San
Jerónimo al 600; para el que no conoce la zona les cuento que la misma está
cercana a la terminal de micros de largo y corta distancia, plagada de
pensiones y pequeños hoteles con gente de paso, con una arquitectura que data
de fines del siglo IXX. Tienen veredas extremadamente angostas que dificultan
la circulación de las personas en general, durante esta mañana veo pasar gente
con bastones, no videntes, perros corriendo y muchas personas en general
vestidas de diferentes maneras.
Resulta ser que la parada del micro se encuentra
en esta angosta vereda, parada ya deteriorada por el tiempo y los actos
delictivos. El motivo de mi espera es el actual colectivo 25, ex A5, que cambio
como cambia cada 4 años en cada gobierno, por lo que ya resulta ilógicamente fácil
acostumbrarse a que los colectivos cambian de nombres y recorridos cada determinados
años.
Las paradas de colectivos en Córdoba Capital
superan las 20 personas en espera bajo un estado de ansiedad y congoja
estupendas ya que es una “lotería” o “azaroso” cuando pasara este bendito 25
que hoy nos llevará a todos a trabajar, tampoco sabemos si en el mismo
conseguiremos asientos como así tampoco sabemos cómo será el transcurso de los
50 minutos que a la mayoría nos separan del destino.
Destacado en parte la teoría del caos ya que todo
este trastorno de ansiedad generado por la espera, subida y posterior viaje en
colectivo tiene que ver con varias situaciones que se presentan en forma de “causa-efecto”
o como “variables” a tener en cuenta.
En la parada estamos todos mirando “el horizonte”,
ese horizonte que se observa a 2 cuadras que es donde dobla el colectivo para
luego circular calle San Jerónimo. En este “Horizonte” siempre observamos ilusionados
como se aproximan colectivos “parecidos” que constan de números borrosos,
pequeños y escuálidos que solo logran confundirnos. Estos colectivos pelean por
un lugar en la calle confundidos entre autos Falcón 73, Dodge 1500, Audi A4,
Toyota Corolla, 350 Motos y algún que otro chango loco en bicicleta. Además en
esta lucha están esas personas que caminan denominadas transeúntes, que
cruzamos por la mitad de la calle, fuera de las sendas peatonales, algunos
esperan el taxi y otros solo buscan un nuevo destino.
El ambiente está un poco tenso, hoy no paso el
camión de la basura. Justo una Traffic se estaciono en zona de descenso y
ascenso de pasajeros donde mi colectivo debe parar así me subo y un taxi colocó
balizas en medio de la calle.
Yo ya estoy pensando en que debo llegar a la
oficina para cerrar algunos negocios, mi ansiedad en este momento está en un
pico máximo por todo lo que mis ojos ven o debo vivir en este momento. Me
pregunto cuán fácil sería todo si fuese más organizado, mas determinado por
procesos donde cada uno sepa qué lugar ocupa o que debe hacer en cada momento o
situación para no molestar al otro o ayudarle.
Yo estoy sobre el colectivo, recién a mitad de
camino me pude sentar y comenzar a escribir este texto. Comienzo a pensar como
una pequeñísima actitud o acción puede cambiar algo de manera drástica o como
la sumatoria de muchas pueda cambiar el todo. Pienso en mi gente, en los que
han logrado cambiar algo, me imagino un futuro para los que vienen un poco más
organizado y con más certezas. Mientras tanto trato de tranquilizarme y luchar
sumando un grano de arena en mi trabajo y vida, para que la causa sea grande y
el efecto también.
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